Letra de Sólo tengo 17 años! de Mariano Osorio
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Letra de SóLO TENGO 17 AñOS! de MARIANO OSORIO.
( Mariano Osorio )
Por Favor, Dios mÃÂo... ¡Sólo tengo 17 años!
El dÃÂa de mi muerte,
fue tan común como cualquier dÃÂa de mis estudios escolares.
Hubiera sido mejor que me hubiera regresado como siempre en el autobús,
pero me molestaba el tiempo que tardaba en llegar a casa.
Recuerdo la mentira que le conté a mamá,
para que me prestara su automóvil;
entre los muchos ruegos y suplicas,
dije que todos mis amigos manejaban
y que considerarÃÂa como un favor especial si me lo prestaba.
Cuando sonó la campana de las 2:30 de la tarde para salir de clases,
tiré los libros al pupitre
porque estarÃÂa libre hasta el otro dÃÂa a la 8:40 de la mañana;
corràeufórico al estacionamiento a recoger el auto,
pensando sólo en que iba a manejarlo a su antojo.
¿Cómo sucedió el accidente? Esto no importa.
Iba corriendo con exceso de velocidad, me sentÃÂa libre y gozoso,
disfrutando el correr del auto.
Lo último que recuerdo es que rebasé a una anciana,
pues me desesperó su forma tan lenta de manejar.
OÃÂ el ensordecedor ruido del choque
y sentÃÂ un tremendo sacudimiento...
Volaron fierros y pedazos de vidrio por todas partes;
sentÃÂa que mi cuerpo se volteaba al revés y escuché mi propio grito.
De repente desperté.
Todo estaba muy quieto y un policÃÂa estaba parado junto a mÃÂ.
También vi a un doctor. Mi cuerpo estaba destrozado y ensangrentado,
con pedazos de vidrio encajados por todas partes.
Cosa rara, no sentÃÂa ningún dolor.
¡Hey! No me cubran la cabeza con esa sábana.
¡No estoy muerto, sólo tengo 17 años!
Además tengo una cita en la noche.
TodavÃÂa tengo que crecer y gozar de una vida encantadora...
¡No puedo estar muerto!
Después me metieron a una gaveta.
Mis padres tuvieron que identificarme.
Lo que más me apenaba es que me vieran asÃÂ....Hecho añicos.
Me impresionaron los ojos de me mamá,
cuando tuvo que enfrentarse a la más terrible experiencia de su vida.
Papá envejeció de repente cuando le dijo al encargado del anfiteatro:
"SÃÂ... este es mi hijo".
El funeral fue una experiencia macabra.
Vi a todos mis parientes y amigos acercarse al ataud.
Pasaron uno a uno con los ojos entristecidos;
algunos de mis amigos lloraban,
otros me tocaban las manos y sollozaban al alejarse.
¡Por favor, alguien que me despierte!
Sáquenme de aquÃÂ, no aguanto ver inconsolables a papá y a mamá.
La aflicción de mis abuelos, apenas les permite andar...
mis hermanas y hermanos parecen muñecos de trapo.
Pareciera que todos estuvieran en trance.
Nadie quiere creerlo, ni yo mismo.
¡Por favor, no me pongan en la fosa!
Te prometo Dios mÃÂo, que si me das otra oportunidad
seré el más cuidadoso del mundo al manejar.
Sólo quiero una oportunidad más.
Por favor, Dios MÃÂo...Recuerda que...¡Sólo tengo 17 años!
El dÃÂa de mi muerte,
fue tan común como cualquier dÃÂa de mis estudios escolares.
Hubiera sido mejor que me hubiera regresado como siempre en el autobús,
pero me molestaba el tiempo que tardaba en llegar a casa.
Recuerdo la mentira que le conté a mamá,
para que me prestara su automóvil;
entre los muchos ruegos y suplicas,
dije que todos mis amigos manejaban
y que considerarÃÂa como un favor especial si me lo prestaba.
Cuando sonó la campana de las 2:30 de la tarde para salir de clases,
tiré los libros al pupitre
porque estarÃÂa libre hasta el otro dÃÂa a la 8:40 de la mañana;
corràeufórico al estacionamiento a recoger el auto,
pensando sólo en que iba a manejarlo a su antojo.
¿Cómo sucedió el accidente? Esto no importa.
Iba corriendo con exceso de velocidad, me sentÃÂa libre y gozoso,
disfrutando el correr del auto.
Lo último que recuerdo es que rebasé a una anciana,
pues me desesperó su forma tan lenta de manejar.
OÃÂ el ensordecedor ruido del choque
y sentÃÂ un tremendo sacudimiento...
Volaron fierros y pedazos de vidrio por todas partes;
sentÃÂa que mi cuerpo se volteaba al revés y escuché mi propio grito.
De repente desperté.
Todo estaba muy quieto y un policÃÂa estaba parado junto a mÃÂ.
También vi a un doctor. Mi cuerpo estaba destrozado y ensangrentado,
con pedazos de vidrio encajados por todas partes.
Cosa rara, no sentÃÂa ningún dolor.
¡Hey! No me cubran la cabeza con esa sábana.
¡No estoy muerto, sólo tengo 17 años!
Además tengo una cita en la noche.
TodavÃÂa tengo que crecer y gozar de una vida encantadora...
¡No puedo estar muerto!
Después me metieron a una gaveta.
Mis padres tuvieron que identificarme.
Lo que más me apenaba es que me vieran asÃÂ....Hecho añicos.
Me impresionaron los ojos de me mamá,
cuando tuvo que enfrentarse a la más terrible experiencia de su vida.
Papá envejeció de repente cuando le dijo al encargado del anfiteatro:
"SÃÂ... este es mi hijo".
El funeral fue una experiencia macabra.
Vi a todos mis parientes y amigos acercarse al ataud.
Pasaron uno a uno con los ojos entristecidos;
algunos de mis amigos lloraban,
otros me tocaban las manos y sollozaban al alejarse.
¡Por favor, alguien que me despierte!
Sáquenme de aquÃÂ, no aguanto ver inconsolables a papá y a mamá.
La aflicción de mis abuelos, apenas les permite andar...
mis hermanas y hermanos parecen muñecos de trapo.
Pareciera que todos estuvieran en trance.
Nadie quiere creerlo, ni yo mismo.
¡Por favor, no me pongan en la fosa!
Te prometo Dios mÃÂo, que si me das otra oportunidad
seré el más cuidadoso del mundo al manejar.
Sólo quiero una oportunidad más.
Por favor, Dios MÃÂo...Recuerda que...¡Sólo tengo 17 años!
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