Letra de La otra mujer

Mariano Osorio

Letra de La otra mujer de Mariano Osorio
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Letra de LA OTRA MUJER de MARIANO OSORIO.

( Mariano Osorio )

Después de 21 años de matrimonio, descubrí­ una nueva manera demantener viva la chispa del amor. desde hace poco habí­a comenzado a salir con otra mujer, en realidad habí­a sido idea de mi esposa.
Tíº sabes que la amas –me dijo un dí­a, tomándome por sorpresa - . la vida es muy corta, dedí­cale tiempo. pero yo te amo a ti - protesté.
Lo sé. pero también la amas a ella.
La otra mujer, a quien mi esposa querí­a que yo visitara, era mi madre, viuda desde hací­a 19 años, pero las exigencias de mi trabajo y mis 3 hijos hací­an que solo la visitara ocasionalmente.
Esa noche la llamé para invitarla a cena y al cine.
-¿qué te ocurre?¿estás bien? – me preguntó, mi madre es el tipo de mujer que una llamada tarde en la noche , o una invitación sorpresiva es indicio de malas noticias.
-creí­ que serí­a agradable pasar algíºn tiempo contigo, le respondí­. los dos solitos. ¿qué opinas?
Reflexionó sobre ello un momento. me gustarí­a muchí­simo, dijo.
Ese viernes mientras conducí­a para recogerla después del trabajo, me encontraba nervioso, era el nerviosismo que antecede a una cita... y ¡por dios, cuando llegué a casa, advertí­ que ella también estaba muy emocionada.
Me esperaba en la puerta con su viejo abrigo puesto, se habí­a rizado el pelo y usaba el vestido con el que celebró su íºltimo aniversario de bodas, su rostro sonreí­a, irradiaba luz como un ángel.
Les dije a mis amigas que iba a salir con mi hijo, y se mostraron muy impresionadas. -me comentó mientras subí­a a mi auto. - no pueden esperar a mañana para escuchar acerca de nuestra velada.
Fuimos a un restaurante no muy elegante, sí­ muy acogedor, mi madre se aferró a mi brazo como si fuera "la primera dama de la nación". cuando nos sentamos, tuve que leerle el meníº. sus ojos sólo veí­an grandes figuras.
Cuando iba por la mitad de las entradas, levanté la vista ; mamá estaba sentada al otro lado de la mesa, y me miraba. una sonrisa nostálgica se le delineaba en los labios.
Era yo quien leí­a el meníº cuando eras pequeño. ¿recuerdas?
Entonces es hora de que te relajes y me permitas devolver el favor –respondí­.
Durante la cena tuvimos una agradable conversación; nada extraordinario, sólo ponernos al dí­a con la vida del otro. hablamos tanto que nos perdimos el cine.
-saldré contigo otra vez, pero solo si me dejas invitar, dijo mi madre cuando la llevé a casa, asentí­, la besé, la abracé
-¿ cómo estuvo tu cita? – quiso saber mi esposa cuando llegué aquella noche
-muy agradable, gracias. mucho más de lo que imaginé, le contesté.
Dí­as más tarde mi madre murió de un infarto masivo, todo fue tan rápido, no pude hacer nada. al poco tiempo recibí­ un sobre del restaurante donde habí­amos cenado mi madre y yo, y una nota que decí­a: "la cena esta pagada por anticipado, estaba casi segura, de que no podrí­a estar allí­, pero igual pagué para dos, para tí­ y para tu esposa, jamás podrás entender lo que aquella noche significó para mí­. ¡te amo! ".
-en ese momento comprendí­ la importancia de decir a tiempo "te amo" y de darles a nuestros seres queridos el espacio que se merecen; nada en la vida será más importante que dios y tu familia, dales tiempo, porque ellos no pueden esperar.