Letra de Una mala tarde la tiene cualquiera de Juan Antonio
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Letra de UNA MALA TARDE LA TIENE CUALQUIERA de JUAN ANTONIO.
( Juan Antonio )
Me levanto, me afeito, me ducho, me bajo pá la calle,
me voy pá la esquinita donde están todos los bares
a ver si tengo suerte y me encuentro a algún coleguita
que se enrolle y no se raye y que me invite a una copita.
Que pasa, que es esto, que raro que no hay nadie
y entro en el bar del Paco que además es mi compadre,
le digo amigo Paco póngame usted una cañita
que mañana se la pago aunque se muera mi abuelita,
se gira, me mira, me señala con el dedo,
dice que no me sirve hasta que pague lo que debo,
me debes tantas cañas, de momento no se fía,
asique media vuelta, mañana será otro día,
pues bueno, pues vale, pues me doy media vuelta
y cuál es mi sorpresa cuando entrando por la puerta
me encuentro una faldita que no tapa a una muchacha
que tiene mucho peligro y mas curvas que el Jarama.
Me acerco, le digo disculpe señorita pero me he enamorado
al verle a usted tan de cerquita
y aunque yo nunca he sido partidario al matrimonio,
qué diablos qué demonios con usted me casaría.
Me dice mira niño pero tú que te has creído,
no ves que esta alianza dice que tengo marido
y si no lo tuviera yo estuviera aún soltera,
que te quede muy claro que no me voy con cualquiera.
Ya me ha quedado claro, perdone por el acoso
y le pido por su padre no me dé más con el bolso.
Pero ella va a lo suyo y se ensancha con mi cabeza
hasta que tablerazo y caigo encima de una mesa.
Que gusto, que alivio, los golpes han cesado
pero no me sostengo, sigo un poco mareado.
Me traen una sillita para sentarme aquí un ratito
a ver si se me pasa mientras fumo un cigarrito.
Qué suerte la mía, no me queda tabaco,
menos mal que en la esquina me han dicho hay un estanco.
Y fuere como fuere al estanco pongo rumbo
aunque sea haciendo eses o aunque sea dando tumbos.
Perdone señora, me pone usted un Ducados
le digo a la estanquera mientras sigo algo zumbado,
que llevo mucho tiempo sin echar un cigarrito
y me fumo cualquier cosa, muero por echar un pito.
Me dice que ella no me vende tabaco
que no me da vergüenza tan mayor y tan borracho.
No sé quien se ha creído para meterse así en mi vida.
Me dice que me vaya o que llama a la policía.
Me vuelvo para la calle y me encuentro con un agente.
Le digo usted disculpe, perdone que le moleste
pero tengo un problema y es que no me da tabaco
la gorda con bigote que regenta aquel estanco.
Me coge de los pelos, pero que habré hecho yo ahora,
la gorda del estanco resulta que es su señora
así que de momento me quedo sin cigarrillo
y creo que esta noche dormiré en el cuartelillo.
Qué asco de día, para que me he levantado,
si lo llego a saber me quedo todo el día tumbado.
Pero aún hay veces que es mejor no salir uno de su casa
aunque ven a que te cuente que la cosa tiene guasa.
Disculpe agente le digo al de las gafas de pelos de derecho
por lo menos una llamada, perdone señorita, me pone con el demonio
que es que quiero proponerle de momento un buen negocio
que pasa maligno que tal por ahí abajo
espero mi llamada no te haya molestado
pero vendo mi alma no sé si te gustaría
a cambio de que borres para siempre tú este día.
Qué risa más tonta le entra a don diablo
y esto es lo que faltaba, ya no puedo soportarlo,
para qué quiero tu alma si tu ya estas condenado,
aparte de cornudo ahora encima apaleado.
me voy pá la esquinita donde están todos los bares
a ver si tengo suerte y me encuentro a algún coleguita
que se enrolle y no se raye y que me invite a una copita.
Que pasa, que es esto, que raro que no hay nadie
y entro en el bar del Paco que además es mi compadre,
le digo amigo Paco póngame usted una cañita
que mañana se la pago aunque se muera mi abuelita,
se gira, me mira, me señala con el dedo,
dice que no me sirve hasta que pague lo que debo,
me debes tantas cañas, de momento no se fía,
asique media vuelta, mañana será otro día,
pues bueno, pues vale, pues me doy media vuelta
y cuál es mi sorpresa cuando entrando por la puerta
me encuentro una faldita que no tapa a una muchacha
que tiene mucho peligro y mas curvas que el Jarama.
Me acerco, le digo disculpe señorita pero me he enamorado
al verle a usted tan de cerquita
y aunque yo nunca he sido partidario al matrimonio,
qué diablos qué demonios con usted me casaría.
Me dice mira niño pero tú que te has creído,
no ves que esta alianza dice que tengo marido
y si no lo tuviera yo estuviera aún soltera,
que te quede muy claro que no me voy con cualquiera.
Ya me ha quedado claro, perdone por el acoso
y le pido por su padre no me dé más con el bolso.
Pero ella va a lo suyo y se ensancha con mi cabeza
hasta que tablerazo y caigo encima de una mesa.
Que gusto, que alivio, los golpes han cesado
pero no me sostengo, sigo un poco mareado.
Me traen una sillita para sentarme aquí un ratito
a ver si se me pasa mientras fumo un cigarrito.
Qué suerte la mía, no me queda tabaco,
menos mal que en la esquina me han dicho hay un estanco.
Y fuere como fuere al estanco pongo rumbo
aunque sea haciendo eses o aunque sea dando tumbos.
Perdone señora, me pone usted un Ducados
le digo a la estanquera mientras sigo algo zumbado,
que llevo mucho tiempo sin echar un cigarrito
y me fumo cualquier cosa, muero por echar un pito.
Me dice que ella no me vende tabaco
que no me da vergüenza tan mayor y tan borracho.
No sé quien se ha creído para meterse así en mi vida.
Me dice que me vaya o que llama a la policía.
Me vuelvo para la calle y me encuentro con un agente.
Le digo usted disculpe, perdone que le moleste
pero tengo un problema y es que no me da tabaco
la gorda con bigote que regenta aquel estanco.
Me coge de los pelos, pero que habré hecho yo ahora,
la gorda del estanco resulta que es su señora
así que de momento me quedo sin cigarrillo
y creo que esta noche dormiré en el cuartelillo.
Qué asco de día, para que me he levantado,
si lo llego a saber me quedo todo el día tumbado.
Pero aún hay veces que es mejor no salir uno de su casa
aunque ven a que te cuente que la cosa tiene guasa.
Disculpe agente le digo al de las gafas de pelos de derecho
por lo menos una llamada, perdone señorita, me pone con el demonio
que es que quiero proponerle de momento un buen negocio
que pasa maligno que tal por ahí abajo
espero mi llamada no te haya molestado
pero vendo mi alma no sé si te gustaría
a cambio de que borres para siempre tú este día.
Qué risa más tonta le entra a don diablo
y esto es lo que faltaba, ya no puedo soportarlo,
para qué quiero tu alma si tu ya estas condenado,
aparte de cornudo ahora encima apaleado.
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