Letra de Un pavito y un llanero

I

Un pavo quiere quitarme la mujer que tanto quiero,
pero yo voy a luchar porque mi amor es sincero,
los culpables son sus padres por creer sólo en dinero,
y aunque ella no lo quiera, por capricho lo impusieron,
por capricho lo impusieron,
que él la lleve a discotecas, y yo a pasear al estero,
que habla de beta y películas, yo de laguna y garceros,
él le canta con mariachis, yo con mi cuatro veguero,
le lleve un disco compacto con puro ritmos rockeros,
pero a ella no le gusta escuchar esos peroleros,
y yo le lleve mi disco con pasajes sabaneros,
en la última visita él le trajo un lapicero,
y yo le traje las plumas de un alcaraván playero,
le obsequió un anillo de oro que trajo del extranjero,
y yo piqué con mis manos una campechana de cuero,
que hice en la última menguante de un toro cebado astrero,
él le ofreció una chaqueta con los botones de acero,
yo mandé a hacer una manta en la esquina del tintorero,
tejida por Miguel Ángel, con pura lana e´ carnero,
que habla de moto y de playas, yo de caballo y potrero,
él le regala chocolates, yo una tapara de suero,
le regaló una nevera de ésas que fabrican hielo,
y yo una vieja tinaja que tenía en el tinajero.

II

Le ofreció un apartamento y un carro último modelo,
y yo una casita e´ palma con marrano en el chiquero,
un patio lleno e´ gallinas y un perro cachicamero,
y pa´ sacarla a pasear mi zaino pasitrotero,
mi zaino pasitrotero;
yo sé que ella me prefiere por mi porte de llanero,
me visto como los hombres, con bota y con mi sobrero,
lo contrario de ese pavo, con el pelo largo y fiero,
con los pantalones rotos que parece un limosnero,
con los zarcillos guindando, como un pato carretero,
si me le encuentro, lo agarro, y se lo llevo al barbero,
que le tumbe esa melena, para que después hablemos,
quien quite y se ponga bravo, y jurungue el avispero,
pa´ estrenarle la costilla con garrote chigüirero,
después lo voy a maniar con bejuco rastrojero,
para llevarlo amarrado a la casa de los suegros,
para que así se den cuenta de lo que ellos prefierieron,
el viviendo de sus padres, yo con sudor y esmero,
y no comparen más nunca un pavo con un llanero.