Letra de La sra caros y yo

Cevlade

Letra de La sra caros y yo de Cevlade
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Letra de LA SRA CAROS Y YO de CEVLADE.

( Cevlade )

Con la Sra. Caros no sé cómo empezamos,
Usamos miradas y sonrisas como regalos,
A los meses de mirarnos ya se planeaba algo malo,
Cuando estábamos en clase nos daba más calor.

Ella es profe hábil pal lenguaje
Y es más hábil con la lengua,
Generosa tras su encaje,
Mi verso le dio coraje,
La hizo ajena a la culpa y
Me despojó de mi traje,
Es tímida en clases y en mi casa es tan salvaje.

Después de clases nos íbamos en su auto cautos, pero incautos de la pasión y raudos, a un lugar tranquilo pa disfrutar de la ocasión; cuando la besé se que se duplicó nuestra atracción.

Acto seguido, hablamos de su marido,
Pero no nos importó pues a ella él la había herido,
Con la Sra. Caros tenemos algo claro,
Hay dos niños en medio así que nos amamos escondidos.

Sabemos que está mal, pero es demasiado fuerte; yo oigo su voz y me derrito, ella se derrite al verme? ven a tenerme, no podrás detenerte ¡A Juan Carlos hay que dejarlo sin recorrerte!

Cuando estamos en mi casa completamente a solas,
La edad no es importante, sólo aprovechar las horas,
Todo momento es precioso y luego se atesora,
Besa suave cómo un pétalo, acaricia como las olas.

Primero era ?usted?, luego ?profe?, luego ?primor?,
Luego mi huésped en el césped por la sed de nuestro sabor.
Aborrecemos el amor como favor, no somos esclavos ¡El amar no es una labor!

De celos no hablamos, pues tenemos un trato:
Aquí nadie pregunta, ella no me ata y no la ato.
Siempre tenemos encuentros furtivos, siempre queremos que sea el último, pero nos mentimos.
Nos vemos el mismo día en el mismo expreso,
Nos tomamos las manos y no sólo eso,
Estamos presos de nuestros besos,
Cuando sudamos lo hacemos en exceso.

Su marido querido quedaría adolorido, cada día diría: ?quierida, quisiera no haberte herido?. Debería haberse ido, entre alaridos paridos desde su ego dañado, el mal nacido;

Pero así y todo yo estoy contento; con tacto el acto es exacto y siento que cuando se menea es como espigas al viento. Cuando la hago gemir, nos terminamos riendo.