Letra de Caricias violentas

Yaoh, Caricias violentas, ajá

Una caricia violenta, un beso de fuego,
una mirada afilada sin dueño, (yaoh)
un susurro agitado, un deseo encarnado,
un par de labios despiertan al sueño,
un gemido del alma, una flor y tu arma...
¿Qué importa lo que piensen ellos?

El concierto del cuerpo, rebelión de los ciervos,
el control es para los que tienen miedo,
No pienses en él, deja que tiemble tu piel,
la culpa puede esperar.
Se que te sientes bien, la hora es de miel,
palabras para enamorar.
Para volar a ni un lugar ahora yo soy tu quién,
Quién te enseña a olvidar.
La luna fue la única testigo,
de la novela que escribió el destino.

(x2)
La culpa déjasela a los cristianos que,
Nosotros ya estamos condenados.
Es por amor a morder el pecado quién,
resulta ser el indicado.

Incendias el bosques por los que un poeta a caminado...

La flor de fuego siempre inverna,
quiero morir entre tus piernas aunque la herida siga abierta.
Ignoremos al tiempo,
titán envidioso al mirar por la ventana de tus ojos.
Me vi a mí si como en un espejo,
que perfecciona mi reflejo.
& en el vació con amor la habitación de vapor,
de humo son los prejuicios. (¿Sabías?)
Antes que no vuelva a verte, déjame besarte,
y siente envidia a la muerte.
Si él te hace llorar, puedes encontrarme
donde no llegan los hombres...

(x2)
La culpa déjasela a los cristianos que,
Nosotros ya estamos condenados.
Es por amor a morder el pecado quién,
resulta ser el indicado.

Incendias el bosque por los que el amante a sonreído...

Mátame, pero sin palabras...
Con un silencio afilado.
No me des, ni una gota de esperanza...
Cantando un pájaro enjaulado.
Bésame, quiero lamer el veneno...
Morir en tus labios de fuego.
Miénteme, pero mírame a los ojos...
Que la verdad puede dejarme ciego.
Mátame, sin misericordia...
La memoria una maldita condena.
No me des, ninguna oportunidad...
Que podría sonreír la vanidad.
Bésame, y arráncame el alma!...
Que en el infierno ya no servirá más.
Miénteme, y dime que no sientes nada...
Que solo fui un sueño que murió en tu almohada.

Yo no muero cuando muere la carne,
Solo muero si logras olvidarme.